jueves, 31 de diciembre de 2020

A la hora de la siesta

sobre su sien, decolorándose,
la gorra roja es marca registrada,
lo es la barba, la piel reseca, su pedaleo
distribuyendo el aullido del óxido hacia todos
los puntos cardinales de la hora de la siesta.
en el manubrio, suspendida, una bolsa: dentro,
artilugios varios: ropa recién encontrada
amortigua el ruido de monedas y de llaves,
al fondo, martillo y destornillador llevándose
más de la mitad del peso neto, infaltable
el paquete de Chester con cigarrillos intactos,
fumados y sin fumar y por supuesto, una botella
y en la botella, claro, cerveza, siempre c
erveza 
para mantener la tarde soleada 
en estado medicado. 

 








martes, 22 de diciembre de 2020

Agua en ondulaciones

proporción entre organismo despierto
y organismo dormido = 7:1.
el brazo derecho
cuelga aparte en línea punteada
el resto, sí, me pertenece. parece que
no quedan rastros de la tormenta precedente
o no a la vista
de este 1,80m que ocupo.
es cosa de imaginar que a las casas
con techo de chapa 
todavía les queda algo
de líquido 
alojado en sus ondulaciones.
pero haciendo memoria
el perro que ayer correteaba embarrado
y sorbía agua directo
de una antena amputada de Cablevisión
hoy no encuentra donde drenar su reflejo.
elige entonces pegar un ojo
acurrucado entre el neumático de un auto
sin cristales
y el cordón que contornea el playón vacío 
del supermercado.
cuando la rotación se lleve puesta la sombra
que lo colma
y el calor de las 12 AM pulverice el sueño
que no pudieron pulverizar los mosquitos
vendrá la lamida
y como pasa con cada lamida, la gozará
como goza la primera del día.















 

domingo, 13 de diciembre de 2020

Una diagonal al descampado para llegar más rápido

en el bateo de las copas de los árboles
se define la conducta del viento de hoy: ramas
que eran huesos, ahora flojas son cartílagos.
el movimiento que antes ni noticias, ahora es.
irregular hasta que se diga lo contrario.
yo también podría ser ese que con una mano
se corre los pelos de la cara 
y con la otra, lucha con el bollo de billetes 
para sacar el encendedor.
yo también fui ese que lo encendió
y a la mitad se arrepintió: no lo suficiente
como para tirar lo que quedaba del atado
pero sí para -de un tingazo- hacer saltar
las cenizas contra el pavimento.

soy ese que está afuera y también éste
que horizontalmente despierto 
se pregunta 
cuándo y cómo es que entró. el insecto
rebota contra las paredes de un cubo invisible
suspendido en el centro de la habitación 
hasta que se cansa o se aburre
o lo que sea:
cuestión que planta bandera 
en la punta de mi almohada 
y a partir de este momento, se abre la posibilidad
de que cualquier plan 
que todavía sostenga 
bajo el tic nervioso de sus patas que se frotan
puede acabar cuando yo quiera.








jueves, 10 de diciembre de 2020

Respiro lo prestado y me la banco

que el universo esto, que el universo lo otro, 
que lo que a mí me pasa es consecuencia directa 
de mi matiz propio: folletos 
que un pelado en patas entrega en la plaza
van terminar arrugados en el bolsillo
de mi campera. y de ahí, el bollo al tacho.
y mirá que trato eh, pero no hay caso, no puedo
ver las cosas de ese modo. 
de qué interior me hablás que no lo veo; el interior
es un mito, 
un pliegue seco a cielo abierto y fin. 
nada sale realmente de tu costilla, ni siquiera 
ese fuego al que acercás tus manos 
cuando la cosa se pone jodida te pertenece.
todo es el resultado
de los conocimientos adquiridos 
más el oxígeno que de afuera 
viene, entra y si quiere lo alimenta. 
todo lo que existe
es un 
remix de la misma vibración.

que el universo esto, que el universo lo otro, 
que lo que yo exhalo es prestado y me la banco. 
























martes, 8 de diciembre de 2020

Aureola negra

el que roció el paredón con alcohol 
no es el mismo que accionó a continuación
el Lysoform como lanzallamas
ni el que, encapuchado, tapándose la cara
con los puños de su abrigo 
acompañó la travesura sin participar.
el que tiró la idea medio en serio, medio en joda, 
medio porque fue no es el mismo
que apenas vio 
el destello azulgrana del patrullero 
salió disparando hacia a otro lado 
ni el corajudo que finalmente 
chispeó el encendedor para concretarla.

ninguno es igual al otro
perocada uno es la sumatoria de los tres
cuando en diez años, caminando de visita
por las calles que alguna vez fueron tuyas,
te encuentres con la aureola negra
todavía estampada en el paredón intacto. 
de aspecto tibio, brillante, la contemplás
con ganas de que al acercar tu mano 
se active
un conducto 
que te succione
y te devuelva 
hacia esa dimensión anterior.














sábado, 5 de diciembre de 2020

Tercera edad

si hoy mismo me quiebro la pierna
ya fue, no pasa una, total a mi edad
las células se regeneran más rápido.
pero si mi abuela, sola, noventa,
de noche, el ruido del televisor
proyectado 24/7 desde el suyo
hacia el resto de los cuartos
que el destino de sus hijas
fueron dejando vacíos, se confía
y sin salirse de la cama, estira
el brazo más de lo que le da el cuero
para agarrar el control remoto
y resbala de las sábanas al piso
quebrándose el fémur en cuatro partes,
si eso pasa habrán de empotrarle
un clavo desde una punta a la otra
corte brochette y ni eso asegura
que vuelva cada cosa a su lugar, 
y por eso pasados seis meses
del episodio nadie se atreve
a decirle que no caminará
nunca más de corrido.





















jueves, 3 de diciembre de 2020

Episodio eyectado de un viaje en subte

ir en otra, como el resto, con la cabeza desanclada 
de su soporte natural y la vista perdida en los cables 
que se arman y desarman del lado malo de la ventana
y que una falla eléctrica detenga el trayecto 
que religiosamente hacés a la altura de los caños.
ni en la estación pasada, ni en la siguiente, 
las cuchillas se desenfundan donde tienen ganas 
y no hay pasajero que no tome dimensión de lo seguro
y sellado al vacío que estaba. por si a caso, 
nadie habla, nadie contesta, nadie suelta las manos 
de las costillas de la formación por miedo a perderlas.
al reiniciar la máquina, todo vínculo que el silencio 
subterráneo anudaba, se deshace sin cuestionamientos. 
allá en la superficie: mensajes empalados
a la antena que me cuelga esperan mi respuesta.

















viernes, 30 de octubre de 2020

Amnesia

no estaba en sus planes despegarse de sus cosas,
salir a comprar
el foco faltante del baño vino por defecto,
lo primero que agarró fue la yerba, después
la sal. no había en la tarde ni un gramo
de ideas que macerar, no
estaba mal solo.
en la fila del mostrador, manotea más productos,
-los innecesarios- mientras espera
que se solucione el desperfecto técnico
del Posnet. ahí la escucha, o piensa
que la escucha. la voz dura
tres palabras inentendibles para su lejanía.
su cabeza rebobina hasta encontrar
la ubicación exacta de cada letra, 
pero la actividad mental la realiza después, una vez
que entra a su casa
y temeroso, le da cuerda a la lámpara
que se niega a encastrar en el hueco
que le toca.

la voz le flota largo rato. de reversa,
va hacia el fondo impenetrable
de los fondos, hojea rápido su corta biografía,
piensa en espacios, tiempos, vórtices
recubiertos de revoque donde pudo haber caído
lo que busca y nada: el eco sigue
atrapado en su salón vacío: las ventanas, selladas.
hasta que
cuando parece que se está por acabar
la batería, que el meñique que sostiene
el débil pensamiento
empieza
a temblar
listo para convertirse 
en sustrato de otra cosa: un fogonazo lo ilumina 
rápido y no espera, demasiado rápido ilumina 
que al final no lo llega a fijar bien. 
el cortocircuito como vino se fue, cabizbajos,
los días como vienen se van y de la insistencia
por darle forma a lo que no tiene
nacerá negruzca una mancha
de hollín
que irá a fundirse como turba
con el resto de las cosas que no puede recordar.



 















miércoles, 28 de octubre de 2020

Camino sinuoso hacia el embalse

una vez que se toma el desvío
la señal desaparece. nadie nunca emitió 
datos desde esta parte del mapa como si
una fuerza antigua 
complotase para que nos entreguemos
de lleno
a la abertura ocular que despierta
el paisaje. 
pero cuando los neumáticos cambian su melodía 
al pasar del asfalto al pedregal, 
del otro lado de estas montañas, alguien suelta 
de un extremo y afloja la ruta.

ahora viajamos en bajada imantados
al dedo índice de un epiléptico. el trazo
cada vez más flácido, la desgracia
en cada curva titilando
atenta al pulso del conductor. no es silencio
lo que enfrascan estas cuatro puertas,
es otra cosa,
un panorama sin cocción, un presente
alteradamente vivo 
que nos baja sin sentido los parpados, nos manda
a dormir sin sueño 
hasta que 
el camino vuelva a ser 
la soga tensa que era. 









domingo, 4 de octubre de 2020

Contrapeso

se sabe que después tampoco habrá tiempo, nunca 
lo hay, no habrá manera, no tendrán la voluntad 
de identificar qué malformación en la partícula
primera hizo que de un portazo se diga todo lo que 
ninguno pudo antes: queda oficialmente inaugurado
el contrapeso en la superficie compartida, quedan
muteados cada cual a cada lado del dos ambientes.
en casos como éste, yo recomiendo dejar cargando
el buche hasta la última rayita, no meter tanta mano,
no tocar lo roto, no romper lo que no se puede tocar
sin romper y asentir, asentir, asentir las veces que sean 
necesarias hasta que el oxígeno entre, el CO2 salga 
y todo intercambio suceda de nuevo en armonía
y mecánico y sin pensamiento, pero ahí va, otra vez,
a la semana, otra discusión; a las horas, otro portazo:
ojo que ahora sí se lleva dos falanges al piso y un grito
que cae sobre el pubis al aire y quinceañero del vecino 
de abajo que, afectado, vacila entre llamar al 911 o ver 
de qué forma reactivar el ejercicio que dejó trunco. 
































miércoles, 23 de septiembre de 2020

Luz natural

de su pierna sube invisible la vitamina c
y demás olores envueltos en la crema 
que se unta.
dorado el sol arriba, dorados
los pensamientos traen nomás 
un murmullo liso; fácilmente
transportable en el torrente continuo.
sin embargo, el tatuaje está mal hecho o no
tan bien como quería. bajo la costra 
recien formada, las terminaciones de la rosa
no encuentran su punto final: líneas
abiertas en V
que podrían seguir y seguir y seguir
a través del fémur, el tobillo, el pie
derecho descalzo sobre la baranda descansa.

ella esto no lo sabe, o no todavía,
como tampoco sabe que ese machaque
que llega desde abajo 
contorsionado todo hasta volverse
una burda nota
al pie para los 140 bpm que laten
en sus auriculares
será en pocos meses la unión ascendente
de kilos y kilos de metal, cal y arena
dispuestos a obsequiarle 
un verano triste 
de contrafrente y tres horas de luz natural.




.










martes, 15 de septiembre de 2020

Hikikomori

acodado en la ventana exhalo
segundos de ceniza al pulmón
de la manzana.
un avión atraviesa mi cielo cuarteado
y con él, el atardecer
se convierte en privilegio para pocos.
del día queda un savia insípida.
en el jardín que no tengo
una tortuga patalea en vano buscando 
una posición natural que ya no existe
y uno acá, en la misma 
pero adentro, atrincherado por descarte 
entre paredes color humo látex.
me dejo escanear por un ventilador
que confirma y reafirma la materia
de mi rostro mientras
las retinas rojas ya delatan 
las horas entubado 
a la luz bruta y artificial 
que de un chorrazo embiste
en la cara toda, de lleno,
tibia para mí.

 
























jueves, 10 de septiembre de 2020

Los pájaros (reescritura)

después tampoco habrá tiempo
para encontrarle un sentido. 
qué importa 
cuál de todas fue 
la primera en malcriar la paranoia,
con un burdo aleteo contagian el terror.
y el agua que lo ensucia todo y la vista 
que se embarra y las palomas 
desesperadamente elementales 
no precisan razonar nimiedades, 
ni edades, ni aceptar que ven 
sombras donde no deberían. 
ellas buscan refugio donde sea
que puedan solo 
encuentran 
muertes solitarias en veredas 
partidas. una por una 
caen del cielo, desploman
su peso, las veo, deshincharse
en sus baldosas, las plumas 
que dejan, el pecho agitado
sosteniendo el cuerpo 
y de la nada: fogonazo, pensamiento 
conclusiónla agonía esconde 
un motivo tan inútil como estético. 
es decir, elegir la mejor manera 
de posicionarse de cara 
a la descomposición.













martes, 1 de septiembre de 2020

Saltos erráticos sobre el vértice de la noche

saltos erráticos sobre el vértice de la noche
con las dos, con una, sin músculos 
en las piernas quietas. desplazamiento en sepia 
a través de paisajes prematuros, nombres
reversibles, monumentos erigidos 
contra mi voluntad del tamaño 
de tumores que creí haber extirpado.
después de años de buenos resultados,
es lógico preguntarse por estos deshechos
por qué, qué pasa, qué hay detrás de
la persistencia de ese rostro hinchado 
de pólvora, sobresalido en cresta,  
apenas bajo tierra -filo de uña mal 
cortada capaz de abrirme al medio-
amenazante y siempre a punto, nunca
terminando de decantar del todo 
en mi compost cerebral. 

fácil decirlo, duele pensarlo. 
al final, es solo un claro más tatuado 
en el parque de mi mentenada grave. 
total después, ts ts ts los dedos húmedos 
del sueño harán lo suyo, apagarán
el calor de la cabeza y mañana
de esto ni una palabra, a nadie nada
que la fragancia quede 
encerrada 
en su cáscara intacta.

















jueves, 23 de julio de 2020

Metal progresivo

qué onda que suena y no se calla
ese
click click crocante, constante,
que no me deja pensar en algo concreto,
filoso que abra de un tajo el presente y ¡ya!
dónde, en la estructura, en el orden 
en la geometría de este universo inerte 
tiene que haber un hueco por ahí donde 
meter el cerebro, dejarlo en remojo, eso.
pero no, de nuevo, todo es furia razonada,
falsa calma, metal progresivo, nada
que no se haya experimentado antes.
o se enfría la comida o tan caliente resulta
que el gusto -no el del acero del tenedor-
desaparece en una llaga al final 
del paladar, 
allá donde la luz no llega. entonces brazos: 
solo tengo dos largos brazos que me cuelgan 
como ánguilas sin carga. una apatía 
 brutal 
apoyada en mis rodillas me mira fijo 
como para que la acune.




















































sábado, 18 de julio de 2020

Mineralizada artificialmente no gasificada

en una fábrica ubicada
sobre la ruta N51, km 104,
a las afueras de la ciudad
de Las Heras, pvcia. de Mendoza,
a mano derecha por el camino
que era de ripio y que ahora, asfaltado,
los camiones distribuidores
dejaron de temerle a la lluvia,
maquinarias importadas
inflan polietileno celeste
como globos de cumpleaños
y después, a dejar enfriar.

no se cansan sus pulmones
porque no tienen, sí, los operarios
que aturdidos todavía esperan 

al colectivo en la parada 
mientras palian el frío
con el humo de un tabaco
que cada seca que dan,
raspa y sabe mejor.















jueves, 16 de julio de 2020

Lo postergado

con tus propias manos dijiste
pero no veo la cabaña en el medio
del bosque, ni la montaña nevada detrás.
no hay árboles a la redonda, 

tampoco estrellas. 
acá el fuego no nace de las leñas, 
es gas coloreado.
acá el cielo todavía sigue duro.

colgado en la etiqueta de un agua mineral,
vas de lo que sos a lo que pudiste ser,
de lo que sabés a lo que no sabés de vos.
seguís donde siempre estuviste,
conforme a la fuerza, 
encerrado 
en días que pasan aterradoramente lentos,
queriendo lo que todos: una quietud
finita entre tiempo y espacio, 

un lugar en el mundo al que nadie ha ido, 
un campito donde tu nombre caiga 
como una fruta pesada 
y pesada en la tierra se pudra.













lunes, 6 de julio de 2020

Objeto de estudio

luego de una errancia 
de varios kilómetros
por ese paisaje que dios olvidó 
bajar del freezer, será tanta la sed 
que se desplomará en su lugar.
murmurará una oración,
pensará en su familia,
retendrá los rostros 
de sus hijos 
hasta que se le derritan por los ojos. 

lo fisiológico vence toda épica
y  el esquimal 
rendido se arrodilla 
para succionar el hielo duro
hasta dejarlo transparente
o hasta que alguien,
milenios más tarde, lo encuentre
firme y seco, sus labios pegados,
no mucho más.












domingo, 5 de julio de 2020

Piscinas

mientras tanto, 
en el barrio cerrado
de la ciudad,
bombas de agua chupan
desesperadas
de la red fluvial antes 

que el suministro se corte.










lunes, 15 de junio de 2020

Caballo

por pisar donde no debería,
fue que cayó en un pozo

donde no puede salir.

sus patas, cuatro, suficientes 

para galopar, pero inútiles 
al multiplicarse a la velocidad 
de la desesperación.

frente a
 las luces de un auto 
que lucha por no encallarse 
en el barro, el animal es 
y deja de ser, desaparece
y reaparece, se prende
y se apaga al ritmo 
de las balizas.
si y no, si y no, repetidas veces siendo 
y no siendo hasta que no se mueve más 
nada, nadie, ni las ruedas.












domingo, 14 de junio de 2020

El fin de la tormenta (reversión)

el fin de la tormenta deja
grabada en calles inundadas
la certeza de que nadie vendrá 

y la constante duda de a dónde ir,
la noche atiborrada de silencios
y horas que veo pasar al trote
sin tener con qué llenarlas,
los ojos abiertos
como reflectores de bajo consumo
y otras cosas más 
que tampoco importan,
menos ahora
que hay que sacar los colchones al sol,
revisar la térmica, los electrodomésticos.
sí, sí, sí, lo de llamar al técnico
para que reconecte el wifi también,
pero primero lo primero:
antes de encender la heladera,
es necesario drenarla.
partir de la cabeza
y bajar hasta los pies
tirar lo que no se pueda salvar 

y cenar lo poco que sí 
con un ojo 

en la punta caliente de una vela
y el otro 
vigilando día tras día 
las insinuaciones de las nubes, 
allá afuera.










domingo, 7 de junio de 2020

Ni gotas, ni sauce

no hay caso.
el sauce insiste
en escaparle al cantero.
decididas sus raíces crecen
hacia adentro
y cuanto más pujan, dibujan
pacientemente
un relámpago que arranca
del toma corrientes,
continúa detrás del televisor,
sigue subiendo 
a todo lo que da
hasta que recién amanecido
una mañana cualquiera,
enfocás el cielo raso
y con la lengua 

hecha un rodete en la boca:
una puteada que quiere
salir y no puede
te dice que ya es hora
de hacer algo urgente,

antes de que el agua
venga a sentarse en la silla
y nosotros, en medias,
arriba de la mesa,
pensando en cómo 
se verán 
las calles llenas de nubes
desde la parte alta 
de la ciudad.








sábado, 6 de junio de 2020

Milagro

y así fue como después 
de darlo por muerto 
apareció flotando -desde la loma, 
bajando en sentido inverso 
al dominó del alambrado público, 
sano y salvo, de vuelta
al barrio que le enseñó a ladrar.

en su hocico trajo el mito.
bajo sus patas, la gigantografía 
del ex gobernador: balsa que 
todavía tiemblas sobre el agua.






























lunes, 1 de junio de 2020

Corredores locales (reescritura)

rango de edad: de cincuenta para arriba
ocupación: corredores locales de domingo


la cabeza, late, 
los pies, hinchan 
la zapatilla, aprieta, 
la presión alta, sube 
la depresión baja la calidad 
de vida comenzando 
por los pelos en la almohada
y nadie quiere quedarse atrás
cuando la ruta oscurezca 
por completo.
el anochecer va enfilando el regreso 
cosa de devolverlos intactos 
a sus camas de diez plazas,
a sus cremas para las escamas,
a sus lentes de contacto,
a sus comprimidos diarios,
a sus botellas de agua mineral,
a refugiarse en sus piletas
climatizadas, a no pensar en nada.














domingo, 24 de mayo de 2020

Patagonia

antes de que las calles pierdan
sus nombres y los carteles
decapitados
resistiendo en las esquinas.
antes de que venga el vendaval 

a barrer con ruido de botella
el cordón cuneta.
antes, minutos, unos quince,
todo este polvo 

que no lo deja ver más allá 
de sus manos empujando la miseria 
en un carrito de supermercado,
era menos que un detalle:
pura caspa sobre toscas del baldío.












jueves, 23 de abril de 2020

La desolación nace de lo irrecuperable

la desolación nace de lo irrecuperable.
hay tantas muecas ensimismadas
en tus  tensos labios
que sin resorte abiertos quedan,
tantas vidas que nunca conociste
perdidas de las formas más atroces
(equiparables solo a los videos que
en el subsuelo
de un locutorio
céntrico
son descargados, copiados
y al azar, almacenados
en el corazón de un kingston
32gb plástico rojo sangre).
todo el horror multicolor
de la historia humana
saliendo aquí y ahora
del grito que sale
del avispero de tu boca
y como una pelota encantada
rebota del techo de chapa
al portón corredizo,
del piso de cemento
a la pared sin revocar.
detrás del neumático, 
asustado,
se irá a esconder el felino
no sin antes haber convertido
 -de curioso nomás-
el capó en una trampera.
en el tanque de aceite,
las dos falanges faltantes
se mantienen húmedas,
sin desengrasarse.






















Bacha

toda la noche flotando
como austronautas,
los cubiertos sucios
en el agua estancada.
las cáscaras de papa,
culpables de amordazarle
la boca a la bacha.








viernes, 17 de abril de 2020

Conocés la sensación

conocés la sensación. no por nervios te frotás la cara cada vez que ves televisión, antes y después de comer, yendo y viniendo del urólogo el cerebro descubre nuevos ejercicios con los que entretenerse para no quedarse dormido. no por nervios te frotás el cuerpo sino para comprobar que estás vivo.







miércoles, 15 de abril de 2020

Cuarentena III

I
¿serán sonidos nuevos del nuevo inquilino
o es la soledad
acelerando a la velocidad del castigo?


II
llorar soñando, 
llorar despierto, 
llorar con la mano 
tibia 
trabada 
en la entrepierna es amor. 

III
fui por el repuesto
de la pieza que perdí
para poner
en funcionamiento
la máquina
de pensar.
de brazos cruzados
en el mostrador vacío,
somos muchos
preocupados
en cómo
explicar
lo que no tiene nombre.


IV
testarudo ante la vida.
ay si pudiese
pero el sol está muy lejos
para hacerle daño.
en cambio,
los árboles de la plaza
viejos, parcos, indefensos.
me dan pena
y ganas de talarlos

a patadas.

V
un silencio de tumba
esperando que salgas
solo
y sin bastón
por la puerta
del baño,

listos para felicitarte.
































viernes, 10 de abril de 2020

Flash

flash anónimo
que desarmas
la sombra dormida
de la noche
en cascotes negros,
reviviendo relieves
que no merecían
ser revividos
tan cruelmente.
flash anónimo
que vienes,
pellizcas los ojos
de los insomnes
y regresas 

sano y salvo y abducido
por y a la perforación
de la esquina superior
del celular
de tu dueño,
esto no es joda.
me asustaste y sigo
con miedo.











martes, 7 de abril de 2020

Caracara Plancus

engarzados los picos
al alambrado
de púas,
colgados
uno al lado del otro
se encienden en un láser
gris, amarillo y negro
que taja
al medio llamando
a la ventana del conductor.

cada vez que un vehículo pasa
a más de 100km/h
por la Ruta Nacional 25
el cielo
y la tierra
se separan fugazmente
el fuelle tensionado del acordeón
puede
tanto
como
no

liberar al aire la nota sana.











sábado, 4 de abril de 2020

Progenitor

El susto al ver el hueco
plástico 

en el abdomen del muñeco
acciona rápido 
la tenaza que nace de los dedos
hasta que 
por fin
dos pilas
caen 

tibias
de la encía del bebé,

mojan apenas
la alfombra gris.
 no quedará evidencia del descuido 
más que un día más largo de lo normal 
y el mundo 
enderezándose 
de nuevo
como un clavo
en el cogote
del progenitor.











martes, 31 de marzo de 2020

Fin del mudo

acotadores cortos de tiempo
despiertan para embocarse
en el primer hueco a la vista
que ofrece el día y gritar todos
juntos          a        destiempo
que el mundo es un acuario
estancado, una flauta que
por tapada no suena a nada.










Estadio olímpico

un minuto de silencio para
quién que está qué 
en qué pensar
más que en la voz
del rival con camiseta
igual a la que llevo puesta
girando en mi cabeza.










domingo, 29 de marzo de 2020

Etílico II

a partir de acá no lo conozco 
y todo lo que haga será
la peor versión de sí.
aburrido y sin bebida, 

sale al balcón, 
se asoma, la baranda 
tiembla el pensamiento si se apoya, 
en su lugar, se lleva las manos 
a la cara hace un embudo 
y grita fuerte 
la misma letra de siempre.
siembra la arritmia de cada día 
en el barrio que lo vio crecer. 
y con los dedos, contando, 
un dos tres, el eco de hoy
no supera el récord.














viernes, 27 de marzo de 2020

Road movie

diez ciudades,
tres continentes,
combustible gratis,

y todo en quince minutos 
siendo el fantasma que se desplaza 
frente a fachadas inglesas 
en la fachada cuadrada 
de la pantalla.
rutas siberianas vacías, playas
privadas en Ciudad del Cabo,
el rabo del planeta nunca 

estuvo tan cerca. 
avanzo por bosques impronunciables.
es un milagro 
que estando acá en cuero 
no se me escarche la nariz. 
aspiro esta fragancia a bobina activa
mientras navego invitado
por esta luz en barra
que me bebe y no me suelta
y le pido como el fugitivo le reza
a la línea blanca del asfalto
no te detengas,
dame más, dame más,
Google Maps, dame más.






























miércoles, 25 de marzo de 2020

Cuarentena II

I
si nada tiene de mío
ese ruido
saldrá entonces
del estómago
tibiecito
de la PC.

II
no latirá más.
negro y duro, será
lo que en cien años
un sonajero
de una pieza
metido en el oído
del insolado.

III
más que tapar
el fondo de la lata
para masticar algo,
anhela más manos
hundidas
en más monederos.
una mordida
de planta carnívora.


IV
esperando
que se ablande
el arroz.
la lengua juega
con el diente flojo.
el hambre que se va
con la imagen
de su amputada
sonrisa.

V
entradas arrugadas
bajo las suelas.
silencio 

en la oscuridad
y en las cabezas
aún cautivas,
el eco
          de
              los
aplausos,

atrapado.