miércoles, 28 de octubre de 2020

Camino sinuoso hacia el embalse

una vez que se toma el desvío
la señal desaparece. nadie nunca emitió 
datos desde esta parte del mapa como si
una fuerza antigua 
complotase para que nos entreguemos
de lleno
a la abertura ocular que despierta
el paisaje. 
pero cuando los neumáticos cambian su melodía 
al pasar del asfalto al pedregal, 
del otro lado de estas montañas, alguien suelta 
de un extremo y afloja la ruta.

ahora viajamos en bajada imantados
al dedo índice de un epiléptico. el trazo
cada vez más flácido, la desgracia
en cada curva titilando
atenta al pulso del conductor. no es silencio
lo que enfrascan estas cuatro puertas,
es otra cosa,
un panorama sin cocción, un presente
alteradamente vivo 
que nos baja sin sentido los parpados, nos manda
a dormir sin sueño 
hasta que 
el camino vuelva a ser 
la soga tensa que era. 









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