domingo, 13 de diciembre de 2020

Una diagonal al descampado para llegar más rápido

en el bateo de las copas de los árboles
se define la conducta del viento de hoy: ramas
que eran huesos, ahora flojas son cartílagos.
el movimiento que antes ni noticias, ahora es.
irregular hasta que se diga lo contrario.
yo también podría ser ese que con una mano
se corre los pelos de la cara 
y con la otra, lucha con el bollo de billetes 
para sacar el encendedor.
yo también fui ese que lo encendió
y a la mitad se arrepintió: no lo suficiente
como para tirar lo que quedaba del atado
pero sí para -de un tingazo- hacer saltar
las cenizas contra el pavimento.

soy ese que está afuera y también éste
que horizontalmente despierto 
se pregunta 
cuándo y cómo es que entró. el insecto
rebota contra las paredes de un cubo invisible
suspendido en el centro de la habitación 
hasta que se cansa o se aburre
o lo que sea:
cuestión que planta bandera 
en la punta de mi almohada 
y a partir de este momento, se abre la posibilidad
de que cualquier plan 
que todavía sostenga 
bajo el tic nervioso de sus patas que se frotan
puede acabar cuando yo quiera.








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