martes, 8 de diciembre de 2020

Aureola negra

el que roció el paredón con alcohol 
no es el mismo que accionó a continuación
el Lysoform como lanzallamas
ni el que, encapuchado, tapándose la cara
con los puños de su abrigo 
acompañó la travesura sin participar.
el que tiró la idea medio en serio, medio en joda, 
medio porque fue no es el mismo
que apenas vio 
el destello azulgrana del patrullero 
salió disparando hacia a otro lado 
ni el corajudo que finalmente 
chispeó el encendedor para concretarla.

ninguno es igual al otro
perocada uno es la sumatoria de los tres
cuando en diez años, caminando de visita
por las calles que alguna vez fueron tuyas,
te encuentres con la aureola negra
todavía estampada en el paredón intacto. 
de aspecto tibio, brillante, la contemplás
con ganas de que al acercar tu mano 
se active
un conducto 
que te succione
y te devuelva 
hacia esa dimensión anterior.














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