de la planta industrial
que por un tejemaneje se secó.
La Panamericana brilla como un tramontina
en las afueras de la capital.
Canchas de fútbol donde el césped amarillo
tímido ya no hace sonido al crecer.
Concesionaria de maquinaria agrícola;
fundidas, claro está.
Babilonia, Honolulu, Discreto. Eros. El Dorado.
Los nombres de ensueño de los telos
pasan como un paño sobre las gafas
de un camionero acelerado: la YPF, la banquina
o mear en la botella
y acabar, por fin, con este martirio.
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