lunes, 26 de febrero de 2018

La venganza tampoco te salva de la muerte malsana

de pie, cada uno desde su mirador
de inseguridades individuales.

¿qué buscamos en el cielo?

¡oh! ¡oh! otra día más
el reluciente
culo gordo
del sol 
quemándose 
a lo bonzo.

¡qué ejemplo!

otra vez amanecer
unos milímetros
más agrietado
que ayer,
el espejo del baño y yo. 

la gran envidia
son las aves
que beben
su reflejo
sin cerrar siquiera
los ojos.
sin siquiera
devolverle
nada al lago.

la esperanza
sigue adormecida
y si me seguís mirando
me veo obligado
a enterrarte
los dedos
más largos
que me cuelgan
hasta la garganta.
enterrarte
nudos de algodón
para cortarte
el sangrado
y a la pasada,
callarte.


la venganza es un acto divino de proporciones superiores
al ataque causante
” –pensó el otro y le apuñaló el pecho
con la punta más afilada de su esplendorosa cornamenta.





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