viernes, 2 de marzo de 2018

Parque de incertidumbres

volví a caer
lento y finito
como el chillido
de un infante
deslizándose
por un tobogán
de fibra de vidrio.

volví a caer
y no hay madre padre
verdades mentalmente insalubres,
nada de “adelante, méteme el dedo 

en las muñecas como verificación”.

no hay nada duro, nada macizo.
con la piedra de Sísifo 
rodando cuesta abajo
conmigo mismo,
qué podrá lijarme ahora
de un cachetazo
la expresión.

en mi caída libre
también descansan fracasos ajenos.
la de tu cruz oxidada,
la de tu metafísica a la gorra,
 tu quiromancia
la prefiero
con un guante de silicona
puesto
así no me sigo ensuciando
la esperanza.

volví a caer
y ahora quiero escapar de este tubo,
leer un cartel
que diga -con una mueca burlona
dibujada con el tembloroso trazo
de mi cabeza-
“cerrado por reparaciones,
por favor no se tire”,

lo peor sería
que me amortigüe
una luz blanca,
dos brazos extendidos,
un llanto soldando el principio
y el final de un mismo agujerito.






No hay comentarios:

Publicar un comentario