deja de ser profundo
y lo divertido deja de divertir.
el mundo de tan cerca
que lo tenés se te pega en el rostro
como una tarántula anestesiada.
titila tonta la luz minera
que ayer prometía certezas.
dabas por sentado que un balsero palearía
su muleta de huesos
acercándote a donde esperabas llegar.
ahora, que cada vez tenemos más pasado,
buscás respuestas en donde sea
y lo único que encontrás son las muecas
extrañas que estrenan tus amigos
en dominó: una diadema
de virulana con palabras
que te cuesta desenredar.
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