en este sueño negro, dentro
de esta masa dúctil, bajo este
anillo de 220 w, por el corredor
de un sanatorio reluciente
en desinfectante barato, tras
la correntada de aire
que por las hojas de madera
ingresa, hacia el aliento frío
de un doberman encadenado
y el tabaco industrial que incineran
a toda velocidad los enfermeros
en la vereda contra el entretiempo
de la muerte que espera.
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