viernes, 23 de abril de 2021

Esterilidad de los parques

aunque sea, antes los síntomas eran visibles. ebullían. 
me acuerdo un loco que entregaba la palabra de Dios,
megáfono en mano, montado a un monumento,
le contaba a las palomas sobre el fin y la salvación.
ahora ni eso: todo es agua mineral, corredores
de domingo por la tarde en 
la superficie del parque.
zapatillas 2.0 que ni ruido hacen ya. clases de yoga
al por mayor: la enseñanza de inhalar y exhalar,
inhalar y exhalar, inhalar y exhalar el aroma 
dulce 
que liberan los perros por atrás. más adentro, 
metido, frente a la fuente seca, el de melena que se tira 
una nube más de humo y vuelve a su pantalla. 
abstraído, diluye sus guturales con un Cepita de naranja
tan imperceptible al resto como la luna alzada al cielo o aquel 
que en camperón y botas negras llega y cierra la primer reja.










Estado ausente de reposo

ahhh, ahora sí, venga el merecido descanso,
vengan a mí los no sé cuántos pixeles
que en no sé cuánto tiempo consumirán
no sé cuánto espesor de mi visión. mal
de ojo: si los cierro sigo viendo lo que pienso.
a los 20 minutos reloj, es posible percibir
que a la espalda se le ha esculpido un garfio
y que bajo su comba, leve aún, habita
una estructura que molesta. de las lumbares
viaja el dolor extendiendo verticalmente
su racimo estrellado hasta envolver el acabado
redondo donde nace todo, ósea, el bocho.
un par de horas después, uno deja de asumir
que trae cosas adentro, a lo sumo, lo recuerda,
reposiciona su postura si el músculo jode
y se vuelve a olvidar. ¿y si conmoverse ya fue?,
¿y si la onda ahora  es vivir por y para los ojos?



























jueves, 22 de abril de 2021

Salir a comprar

no estaba en sus planes despegarse de sus cosas,
salir a comprar el foco faltante vino por defecto.
antes que nada, el paquete de yerba, después la sal
y en la fila del mostrador, manotear más productos
-los innecesarios- hasta que se solucione
el desperfecto técnico del Posnet. el tiempo se estira 
más de lo esperado, se esfuma sin garantías y abrazado 
a sus potenciales posesiones se da una última vuelta 
por las góndolas multicolor. atraviesa lento el humo 
fantasma de las heladeras, concentrado en precios 
y porcentajes mientras el excedente de tiempo
le termina de sellar la melodía japonesa al oído.
el oído unido a la mente irriga la lengua: así es devuelto
a su hogar, tararando una canción desconocida 
que el cruce en rojo de una Hilux lo fuerza a interrumpir
en un “la concha de tu madre, tengo paso yo”.








martes, 20 de abril de 2021

Que la burocracia no agote tu fantasía

v-v-vv- ve-ve-verde, era como un verde, un lápiz 
enorme de color enjabonado, un tubo de luz 
de caída recta y sólida, una eyaculación fosforescente 
liberada con constancia desde el ombligo de la nave. 
con el camión detenido y las pulsaciones 
materializadas en el sobaco húmedo de su camisa, bajó 
atraído por el magnetismo involuntario 
que despierta un acontecimiento de ese calibre.
dijo el de Defensa Civil: que al día siguiente, los brotes 
en los campos adyacentes se habían retrotraído 
dejando huecos minúsculos en la tierraque la tormenta 
ocurrida esa madrugada debió haber sido registrada 
por el servicio meteorológico, no caer de imprevisto, 
que el acoplado apareció suelto y calcinado a 40km
de donde te encontramos a vos, flaco, desnudo
y en posición en fetal, dormido en el medio de la ruta, 
adentro de un cráter hecho a tu medida;  
pero sin otro testigo yo no puedo hacer nada. asique 
ya sabés, hay que esperar, por lo pronto, 
andá tranquilo y tratá de no rascarte la hinchazón, 
de no toquetearte mucho debajo de la venda.










jueves, 15 de abril de 2021

Mandato familiar

abatida, los ruleros puestos se los saca
ni bien ve encuadras
sus canas en el espejo retrovisor.
no hay tiempo de más: hay que cargar nafta,
hay que sacar plata, hay que ir en subida
hacia el lado oscuro de la ciudad.
ahora no, no sé, no escucho, no importa.
tengo que llevar a mi hijo, el segundo,
de veinte, a comprar droga.
tengo que llevarlo como sea, 
tengo 
que hacer eso o rogarle por quinta vez 
que no me venda la heladera.