jueves, 31 de diciembre de 2020

A la hora de la siesta

sobre su sien, decolorándose,
la gorra roja es marca registrada,
lo es la barba, la piel reseca, su pedaleo
distribuyendo el aullido del óxido hacia todos
los puntos cardinales de la hora de la siesta.
en el manubrio, suspendida, una bolsa: dentro,
artilugios varios: ropa recién encontrada
amortigua el ruido de monedas y de llaves,
al fondo, martillo y destornillador llevándose
más de la mitad del peso neto, infaltable
el paquete de Chester con cigarrillos intactos,
fumados y sin fumar y por supuesto, una botella
y en la botella, claro, cerveza, siempre c
erveza 
para mantener la tarde soleada 
en estado medicado. 

 








martes, 22 de diciembre de 2020

Agua en ondulaciones

proporción entre organismo despierto
y organismo dormido = 7:1.
el brazo derecho
cuelga aparte en línea punteada
el resto, sí, me pertenece. parece que
no quedan rastros de la tormenta precedente
o no a la vista
de este 1,80m que ocupo.
es cosa de imaginar que a las casas
con techo de chapa 
todavía les queda algo
de líquido 
alojado en sus ondulaciones.
pero haciendo memoria
el perro que ayer correteaba embarrado
y sorbía agua directo
de una antena amputada de Cablevisión
hoy no encuentra donde drenar su reflejo.
elige entonces pegar un ojo
acurrucado entre el neumático de un auto
sin cristales
y el cordón que contornea el playón vacío 
del supermercado.
cuando la rotación se lleve puesta la sombra
que lo colma
y el calor de las 12 AM pulverice el sueño
que no pudieron pulverizar los mosquitos
vendrá la lamida
y como pasa con cada lamida, la gozará
como goza la primera del día.















 

domingo, 13 de diciembre de 2020

Una diagonal al descampado para llegar más rápido

en el bateo de las copas de los árboles
se define la conducta del viento de hoy: ramas
que eran huesos, ahora flojas son cartílagos.
el movimiento que antes ni noticias, ahora es.
irregular hasta que se diga lo contrario.
yo también podría ser ese que con una mano
se corre los pelos de la cara 
y con la otra, lucha con el bollo de billetes 
para sacar el encendedor.
yo también fui ese que lo encendió
y a la mitad se arrepintió: no lo suficiente
como para tirar lo que quedaba del atado
pero sí para -de un tingazo- hacer saltar
las cenizas contra el pavimento.

soy ese que está afuera y también éste
que horizontalmente despierto 
se pregunta 
cuándo y cómo es que entró. el insecto
rebota contra las paredes de un cubo invisible
suspendido en el centro de la habitación 
hasta que se cansa o se aburre
o lo que sea:
cuestión que planta bandera 
en la punta de mi almohada 
y a partir de este momento, se abre la posibilidad
de que cualquier plan 
que todavía sostenga 
bajo el tic nervioso de sus patas que se frotan
puede acabar cuando yo quiera.








jueves, 10 de diciembre de 2020

Respiro lo prestado y me la banco

que el universo esto, que el universo lo otro, 
que lo que a mí me pasa es consecuencia directa 
de mi matiz propio: folletos 
que un pelado en patas entrega en la plaza
van terminar arrugados en el bolsillo
de mi campera. y de ahí, el bollo al tacho.
y mirá que trato eh, pero no hay caso, no puedo
ver las cosas de ese modo. 
de qué interior me hablás que no lo veo; el interior
es un mito, 
un pliegue seco a cielo abierto y fin. 
nada sale realmente de tu costilla, ni siquiera 
ese fuego al que acercás tus manos 
cuando la cosa se pone jodida te pertenece.
todo es el resultado
de los conocimientos adquiridos 
más el oxígeno que de afuera 
viene, entra y si quiere lo alimenta. 
todo lo que existe
es un 
remix de la misma vibración.

que el universo esto, que el universo lo otro, 
que lo que yo exhalo es prestado y me la banco. 
























martes, 8 de diciembre de 2020

Aureola negra

el que roció el paredón con alcohol 
no es el mismo que accionó a continuación
el Lysoform como lanzallamas
ni el que, encapuchado, tapándose la cara
con los puños de su abrigo 
acompañó la travesura sin participar.
el que tiró la idea medio en serio, medio en joda, 
medio porque fue no es el mismo
que apenas vio 
el destello azulgrana del patrullero 
salió disparando hacia a otro lado 
ni el corajudo que finalmente 
chispeó el encendedor para concretarla.

ninguno es igual al otro
perocada uno es la sumatoria de los tres
cuando en diez años, caminando de visita
por las calles que alguna vez fueron tuyas,
te encuentres con la aureola negra
todavía estampada en el paredón intacto. 
de aspecto tibio, brillante, la contemplás
con ganas de que al acercar tu mano 
se active
un conducto 
que te succione
y te devuelva 
hacia esa dimensión anterior.














sábado, 5 de diciembre de 2020

Tercera edad

si hoy mismo me quiebro la pierna
ya fue, no pasa una, total a mi edad
las células se regeneran más rápido.
pero si mi abuela, sola, noventa,
de noche, el ruido del televisor
proyectado 24/7 desde el suyo
hacia el resto de los cuartos
que el destino de sus hijas
fueron dejando vacíos, se confía
y sin salirse de la cama, estira
el brazo más de lo que le da el cuero
para agarrar el control remoto
y resbala de las sábanas al piso
quebrándose el fémur en cuatro partes,
si eso pasa habrán de empotrarle
un clavo desde una punta a la otra
corte brochette y ni eso asegura
que vuelva cada cosa a su lugar, 
y por eso pasados seis meses
del episodio nadie se atreve
a decirle que no caminará
nunca más de corrido.





















jueves, 3 de diciembre de 2020

Episodio eyectado de un viaje en subte

ir en otra, como el resto, con la cabeza desanclada 
de su soporte natural y la vista perdida en los cables 
que se arman y desarman del lado malo de la ventana
y que una falla eléctrica detenga el trayecto 
que religiosamente hacés a la altura de los caños.
ni en la estación pasada, ni en la siguiente, 
las cuchillas se desenfundan donde tienen ganas 
y no hay pasajero que no tome dimensión de lo seguro
y sellado al vacío que estaba. por si a caso, 
nadie habla, nadie contesta, nadie suelta las manos 
de las costillas de la formación por miedo a perderlas.
al reiniciar la máquina, todo vínculo que el silencio 
subterráneo anudaba, se deshace sin cuestionamientos. 
allá en la superficie: mensajes empalados
a la antena que me cuelga esperan mi respuesta.