de inseguridades individuales.
¿qué buscamos en el cielo?
¡oh! ¡oh! otra día más
el reluciente culo gordo
del sol quemándose
a lo bonzo.
¡qué ejemplo!
otra vez amanecer
unos milímetros
más agrietado
que ayer,
el espejo del baño y yo.
la gran envidia
son las aves
que beben
su reflejo
sin cerrar siquiera
los ojos.
sin siquiera
devolverle
nada al lago.
la esperanza
sigue adormecida
y si me seguís mirando
me veo obligado
a enterrarte
los dedos
más largos
que me cuelgan
hasta la garganta.
enterrarte
nudos de algodón
para cortarte
el sangrado
y a la pasada,
callarte.
“la venganza es un acto divino de proporciones superiores
al ataque causante” –pensó el otro y le apuñaló el pecho
con la punta más afilada de su esplendorosa cornamenta.
¡qué ejemplo!
otra vez amanecer
unos milímetros
más agrietado
que ayer,
el espejo del baño y yo.
la gran envidia
son las aves
que beben
su reflejo
sin cerrar siquiera
los ojos.
sin siquiera
devolverle
nada al lago.
la esperanza
sigue adormecida
y si me seguís mirando
me veo obligado
a enterrarte
los dedos
más largos
que me cuelgan
hasta la garganta.
enterrarte
nudos de algodón
para cortarte
el sangrado
y a la pasada,
callarte.
“la venganza es un acto divino de proporciones superiores
al ataque causante” –pensó el otro y le apuñaló el pecho
con la punta más afilada de su esplendorosa cornamenta.