jueves, 24 de agosto de 2017

Aislamiento

sin darme cuenta
se me fue enterrando
el cráneo 

adentro del ombligo
hasta terminar
desgarrándomelo. 

recuerdo visual: la sangre,
-esa baba fantasmal
que aparece sin ser llamada
cuando todo colapsa-
chorreaba a cántaros
por los pétalos abiertos
de una flor nacida
por accidente.

¿no es eso el 
aislamiento?

coagular la luz,
construir una madriguera
con el propio cuerpo,
egoísmo naufragando
en las costas de la isla.

y todo eso ¿para qué?

para qué seguir sosteniendo 
este escudo de carne y hueso 
si total el sol igual invade
a sablazos mi persiana
me envuelve en su rutina
de ruleta rusa,
me clava su mirada incisiva
de cíclope sin pestaña
hasta calcinarme la espalda

y me arde
y la palpo,
lento pero seguro
y aseguro al cielo:
mis omóplatos son fósiles,
vestigios de una prehistoria
en la que sí podíamos volar.



viernes, 18 de agosto de 2017

Incubación parcial o cómo soportar una gotera

solo pido cinco minutos seguidos
 de un abrazo sentido,
 de una cama para este cuerpo marchito
solo pido
 una bañera hasta el tope
 y la posibilidad de hacer un vientre
 con lo que tengo a mano
solo pido no volver a escuchar más
al termotanque,
su tos de perro virulento
que precede al silencio.
 
el tembleque absurdo de mis dientes 

también me asusta,
pero me asusto más
cuando estoy afuera
en la destemplanza
el horizonte es una cuchilla filosa,
un telón rojo sangre que cae
del cielo al techo
de mi cuarto,
el insomnio que cae al centro
de mi frente y
 me tortura 
con su peso muerto de gota china.

y qué frío que hace en este vientre mío.



jueves, 3 de agosto de 2017

Pulmones en alerta

mientras me hamacaba
en la oscuridad de mi bombilla de luz:
el horror. 


sonó como una pila de ladrillos desmoronándose
sobre un par de cráneos desafortunados
y dejó condensada en mi habitación
la resaca de un ruido obeso y expansivo.


junto a un cigarrillo perfectamente 
momificado por el tiempo, 
el café hasta el tope, frío.

el sentido de la vida 
los latidos y éste mediodía.

salvo el silencio, todo se ha vuelto tan chiquito
que aprieta.

ahora la manzana entera 
se va acodando lentamente
en el borde 
de la ventana 
y agazapados como gárgolas
preferimos, 
vaya a saber uno
si por impulso 
o por seguridad, 
inhalar oxígeno del mismo pulmón.






Desborde

le improviso pasos transversales al destino
mientras siento al yunque dorado en el centro del cielo
opresivo amenazando con caer

el umbral se avecina ante mí y me arden los pies
a través de un sendero de carbón se descascara mi piel

cachetazos al aire
un enjambre me rodea,
lo maldigo y pierdo fuerzas
no me invitaron al banquete pero soy el plato principal

¿cuánto falta para encontrar la paz?

avanzo un poco más
y veo al mundo duplicado sobre el agua,

¿será ésta la paz que tanto ansío?

o este río es solo el llanto triste de un gigante lejano
abandonado en las alturas,
en algún rincón de este fósil redondo antes de que aprenda caminar

si fuese así
¿quién soy yo para nadar en sus desgracias?

si tan así no fuese
y fuese yo ese gigante
¿quién nadará empachado de gozo al ras del lecho de mis lágrimas?

tal vez la respuesta sea
una botella abierta despidiéndose de la orilla
con un mensaje en blanco en su interior

o la vida
 que es lo mismo.




*enero '16

Cuervos

¿Tan pronto se te acercan?
siento al firmamento
como tu última estadía

¿No lo ves?
es el vuelo de los cuervos
que vigilan tu agonía

¿No percibes lo que viene?
a lo lejos lo presiento

Sobre la cuerda
los caranchos merodean.
-centinelas del balanceo-,
a la espera de que caiga
otro cuerpo en sus bandejas.

Seco y magro
como el tuyo

Tenso y malogrado
entre los yuyos.

Pronto carcomido

Lógicamente abandonado

No habrá nada más que hacer.
Vestigio de mi ser serás y espero que el impacto de tu luz
algún día, en mil llantos, me encandile.





*enero '16