domingo, 20 de marzo de 2022

las puertas se abren sin que nos demos cuenta
ni de donde proviene el viento
ni si existe tal abertura. no
mires para atrás.

las paredes imponen su blancura
en la habitación
del enfermo.
una toalla secando la sudoración a 38°.
una venda alrededor del tórax.
el silencio
son los cinco minutos
en que los enfermeros salen a la vereda
a tirar humo y paciencia.

mis manos
son regalos de dios,
mi abdómen instrumento divino
solo canto por la noche
por costumbre
y es el hábito el lamento
que ahuyenta
el mensaje de los cuelloblancos.

el hábito es entrega
la entrega es lamento.
lamento el no saber
de por qué di tanto
y no obtuve nada a cambio.

ahora el sonido de sus risas atraviesan
mis bolsillos agujereados. el martilleo
de pensar de más
construye en un cuadrilátero
un alambrado que me deja a la vista del resto.

vivo,
exagerademente vivo.




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