lunes, 31 de enero de 2022

Todo lo que sube baja pero no todo lo que baja sube

una década después, presuntamente
superado ya el tormento psicológico
de una carrera que se vino a pique
la ex estrella de su generación
no necesita, no quiere, no le hace
bien verificar en el resto la naturaleza
de su brillo. atrás quedaron
las estafas discográficas y el video
de la noche en que tuvo su primera
sobredosis. atrás quedó la depresión
y la mañana en que se enteró
vía Twitter que un productor andaba
de gira por el interior con un holograma
suyo de cuando tenía veintidós. atrás,
atrás, por favor, abran paso a la finitud
y el fracaso de la autodestrucción
estetizada. vengan, pasen y vean,
aprovechen que hoy es hoy y todo
es sol, todo verdece, todo es energía
y charlas TED naciendo recto
del corazón y fluyendo por la boca
de la ex estrella de su generación.










lunes, 24 de enero de 2022

Coitus interruptus

no por fugaz, es inocuo el paso 
de un reggaetón montado
sobre cuatro ruedas, el escupitajo
entrecortado del caño de escape,
el bafle al taco, la locura
de las luces del alerón braceando
en el océano de la noche. un bache
auditivo que dura lo que mide
la cuadra esparciendo su felicidad
móvil varios metros a la redonda.
torpe, recta, ruidosa tú eres entre todas
las máquinas y por ruidosa suspendes
momentáneamente toda conversación
entre dos o más personas
poniendo a prueba la resistencia
del tema central. el hilo puede cortarse
del todo o bien, pegar una comba,
dar un par de giros en el aire
de las cabezas y si la mnemotecnia
lo permite, regresar al preciso lugar
donde estaba en una caída felina 
perfecta .
























domingo, 9 de enero de 2022

La cosa es así

la cosa funciona más o menos así: uno
anda por ahí dejando que el mundo
entre y salga fraccionado en un polvo
invisible a la espera de que las risas
se sucedan libres de toda explicación y
raciocinio, y de la nada tiene 26 años.
la conclusión resulta obvia: vivir es fácil,
no hay más que flotar a través del tiempo
siendo a la vez un imán de pureza infinita
que atrae en su velcro lo que otros van dejando.
caprichoso, el bienestar es una bandera clavada
por terceros en un horizonte inalcanzable.
el miedo, contrariamente es lo auténtico
y por auténtico, un combustible supremo
que hay que aprender a administrar.
al final lo único que te hace levitar es la suma
de vínculos+conversaciones+gestos agradables
+una graduación considerable de soledad
bien utilizada. después está el caos
y lo que hay que hacer con él, es decir,
dejar que tome forma sobre el torso,
que se esparza a su ritmo irregular
hasta que por fin, los brazos y la maraña
que sujetan sean indiscernibles entre sí.