fue que cayó en un pozo
donde no puede salir.
sus patas, cuatro, suficientes
para galopar, pero inútiles
al multiplicarse a la velocidad
de la desesperación.
frente a las luces de un auto
que lucha por no encallarse
en el barro, el animal es
y deja de ser, desaparece
y reaparece, se prende
y se apaga al ritmo de las balizas.
si y no, si y no, repetidas veces siendo
y no siendo hasta que no se mueve más
nada, nadie, ni las ruedas.