viernes, 27 de septiembre de 2019

Una idea de libertad

a falta de bozal le cerraron la trompa
con la soga que lo mantenía atado.

cada noche antes de bajar las persianas
y reducirse al tamaño de una almohada,
sus dueños se despiden de él
quietos, al borde de la ventana
sin dirigirla una palabra,
lo miran.


sin poder morder, sin poder ladrar, 
corriendo desaforado de medianera
en medianera
con la lengua hecha un rodete
en el interior de su boca. 

la libertad inédita que siente el perro
es en verdad el castigo por haberse comido
la plantas de albahaca. 

















Duelo

¿cuántas veces sos eso que odiás?
¿cuánto odias del otro lo que sos?
¿cuanto de vos se pierde cuando hablás?
¿cual de los dos sos vos?
¿cómo saber quién esconde
el brazo enyesado
y quien, el arma cargada
lista para disparar
-te?










miércoles, 18 de septiembre de 2019

Apocalipsis de muestra

si hubo que esperar los tiempos del agua,
primero hubo que esperar los del viento
y recién ahí con la marea baja
dieron aviso a las unidades de emergencia.
encontraron pilas y pilas de huesos humanos
desparramadas a lo ancho y largo de la costa.
todos los cuerpos desarmados, blanquísimos,
los rostros borrados por la lengua oceánica
y en el cielo, la luna nueva colgando en secreto
está lejos, es inútil
demasiada oscuridad impidió identificarlos
los forenses suspendieron la jornada
y acostados en la caja de sus camioneta
esperaron al amanecer.
con el correr de las horas, el mar se contrae
con todas sus fuerzas y libera más sorpresas
a la planicie de la arena.
el diario local recoge el episodio en un recuadro.

colocan debajo una foto a vista de pájaro
y en baja calidad.
a vista mía: puntos blancos sobre fondo marrón
papelitos arrugados en los bolsillos
de un pantalón recién lavado.

























sábado, 14 de septiembre de 2019

No hay certezas

con éste van tres días
en que trato
y no puedo distinguir
si es la falla de una máquina,
un ronquido o una rueda
lo que raspa el piso de arriba,
vibra el durlock,
débil es mi cabeza a madrugada
está el ruido de adentro
y lo que pasa por la ranura
de mi oído
tampoco me deja dormir.

no hubo forma de deshacer la oscuridad.
después de pasarse la noche entera
tanteando las paredes del pasillo
por fin, se hizo la luz
del día.