enorme, arropado
hasta la frente
de agua tibia.
tengo una corona
de vapor
que no alcanzo a ver.
un rey sin territorio.
tabula paja
y la mente
seca como
menta fresca.
ahora
me reincorporo
con las piernas
temblando
en esta realidad
que es una pista de hielo
agrietada,
-tajos por donde
espía el tercer ojo tuerto
de dios.
desnudo
y en puntas de pie,
camino
con la incertidumbre
de un cabrito
recién nacido,
tanteo a oscuras,
dónde habrá una toalla,
un abrigo,
un abrazo para esconderme,
una guarida
tan efectiva como a la vez
endeble.
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