sábado, 23 de junio de 2018

Abulia

indómito,
algo está creciendo
sin permiso
a espaldas
de tu zen-tido de relajación

mucha gomaespuma
escapándose
entre las costuras del sillón

mucho poder conferido
a un cráneo
frágil como de porcelana


de un momento a otro 

recordarás que tenés
extremidades sensibles,
con filamentos nerviosos,
te levantarás
a buscar una frazada
que te envuelva de las pantuflas
hasta el tope.

una momia en formato doméstico.

y así avanzan las horas van
galopando rabiosas
sobre la tierra infértil
de una noche sin planes.

de a poco
el sillón se vuelve más cómodo
los ojos arden,
los párpados se aflojan
y sin graduación alguna
una pesadilla te traga de golpe
como una boca sin labios
que no sabe dar amor.

a la mañana, estornudás
y te das cuenta que estás vivo.

parece que algo vino de afuera.
un viento frío y anginoso
proveniente de la puerta trasera,

que estuvo, como siempre, 
sin llave, sin arreglo,
rebotando
a modo de mantra
y reloj despertador.










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