martes, 26 de septiembre de 2017

Lo infame es la anatomía

me desconozco.

me salió otro lunar 
encima de la prótesis
si es que puedo
llamarlo así
                  al cuerpo
lo llevo en andas pero
no me apresuraría a decir que

padezco síndrome de Estocolmo.

a lo mejor, solo nos gusta
experimentar el peligro juntos,

hubo en tiempo en que corríamos
descalzos alrededor
de una pileta, livianos
y sin deudas personales.

eso sí que era vértigo
 un vértigo que nacía de mirar hacia abajo
 y no hacia adelante.

después caímos a la profundidad.
el mundo adoptó un sonido difuso 
sin bordes, imponente y sincero 
como la voz de un gigante tartamudo.  

hubo otra vez que pisé un hormiguero
 más de mil patitas unidas 
 por la urgencia y la sed
 escalaron mi pierna izquierda. 

bah, eso creo, 
como que nunca 
se llega a saber bien
que hay más allá 
de los recuerdos en loop.
a la infancia la mandaron 
a dormir temprano
sin bañarse, sin comer.
la pulieron a la medida 
del trauma y del deseo
-dos extremos de una misma serpiente-
¿pero entonces qué pasó?

muchas son las cosas que no sé
pero la más urgente:
por qué me siguen
saliendo lunares
en partes del cuerpo
que desconozco
su funcionamiento.

nunca se está preparado para que lo familiar
venga encapuchado como un intruso
a desterrarte de tu 
hogar.






sábado, 16 de septiembre de 2017

Cuando la pesadilla es despertar

me despierto
titilando entre bostezos
que anulan y desnudan
los sonidos para imponer
su propio idioma
(mudo)
y en el baño, constato
frente al espejo
que más allá de esta nebulosa
hay un cuerpo amanecido
dos ojeras
y un escupitajo con saña
al paladar del lavamanos
para que la sangre
viaje hacia otro mundo
(oculto)
donde las arterias
tampoco dejan verse
corroídas.

afuera,
los vecinos presentan quejas por ruidos molestos.

adentro,
una cajonera irregular guarda dudas al azar.
 -¿cuántos latidos consecutivos hacen de algo un cuerpo vivo?
 -¿cómo corto la correa que me une con mi sombra?
 -¿qué convierte una casa en un hogar?

en cambio, en los bordes,
cualquier cosa es certeza.

los latidos
son hormiguitas
en fila que el
vértigo infla.
dedos de un
pie descalzo
tamborileando
sobre un serpentario
vacío.