titilando entre bostezos
que anulan y desnudan
los sonidos para imponer
su propio idioma
(mudo)
y en el baño, constato
frente al espejo
que más allá de esta nebulosa
hay un cuerpo amanecido
dos ojeras
y un escupitajo con saña
al paladar del lavamanos
para que la sangre
viaje hacia otro mundo
(oculto)
donde las arterias
tampoco dejan verse
corroídas.
afuera,
los vecinos presentan quejas por ruidos molestos.
adentro,
una cajonera irregular guarda dudas al azar.
-¿cuántos latidos consecutivos hacen de algo un cuerpo vivo?
-¿cómo corto la correa que me une con mi sombra?
-¿qué convierte una casa en un hogar?
en cambio, en los bordes,
cualquier cosa es certeza.
los latidos
son hormiguitas
en fila que el
vértigo infla.
dedos de un
pie descalzo
tamborileando
sobre un serpentario
vacío.
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