martes, 12 de agosto de 2025

ASMR

La dopamina al ver la bola dura
saltimbanqueando la ruleta digital.
Crocancia el de los huesos enemigos en el horno
y el jadeo fatal de la paloma que por pasar
cerca se fumó la cremación. 
Corpóreo y táctil, a los oídos grácil, 
el bife marinándose en su propia grasa. 
Temporada de tos rasante y quraplus 
y de hojas de otoño pisadas
a plena pata un día de franco. 
A la noche, qué mejor que el agua negra 
con sus burbujas y vertirlo lento en un fernet.
A la tarde, se la pasan crujiendo las cañerías 
para 
soltar una gorda gota sola 
con la que lavo este tenedor.
Mientras el gas, incoloro, inoloro, insonoro; 
la electricidad cada vez más inestable, 
este mes más cara. Toma cuerpo y chispea
si no le seco bien el cable a la afeitadora.
Y de la mandíbula que taladra el amanecer
de los ravers, el sonido es el mismo.
Crispación, consonantes, snacks 
para callar esta panza que no para de roncar. 
Crack, el tabique del boxeador amateur. 
Cruel, el infante que quiebra 
la quitina opaca del bicho bolita. 
Creer que frente al crepitar de una fogata,
la cruz en tu pecho pierde sus extremidades,
que al fin se desvanece, su peso cesa,
que en su lugar: el alma 
crece nueva, 
libre, ácrata, pura, tuya, cri, cri, cri...












No hay comentarios:

Publicar un comentario