debe entrar al arco,
los sentimientos quedan
estacionados fuera de la cancha.
me caí más veces de lo que
me levanté, menos mal
que es el último turno
de alquiler y no hay público,
nadie que vea mis pifies: los tapones
del botín prestado me hicieron
tambalear, ahí está mi defensa
a mi mala definición.
cuando quise al ángulo, fue al centro,
cuando pateé abajo acariciando
el palo, la eché a rodar
por el hueco del alambrado.
bajá, subí, pasá, volvé, abrí, cerráte,
gritaba todo colorado el zaguero
de mi equipo y yo, me lo tomé personal.
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