de cerveza brava en los estómagos,
cae granizo
en los charcos del verano,
cae el día
filtrado en lluvia
y lo que vi de camino al cajero
ya se me olvida.
cuento fresco efectivo en cuero
de tanto que es me pierdo y recomienzo
y cuando creo que lo tengo
una abeja entra
escondida en el ruido de las cañerías.
me saca del inodoro,
me ubica en el presente,
es ella o yo, la línea ascendente
de la suma matemática
se establece ahora
desde mí hasta mi enemiga.
nos batimos a duelo
entre mosaicos azules
hasta que por fin
al verla inmóvil sobre el espejo,
con la bandita elástica
que anudaba mi sueldo
apunto con dos dedos
y le disparo: un headshot
germinado en culpa.