de una planta de interior, no percibe la farsa.
abstraído, en una posición incómoda,
le conmueve el movimiento miniatura
pero por ahora es un niño y se aburre y quiere más.
imagina un fósforo quémandole
una de sus flacas patas en v, la cabeza rosa
del fósforo que se vuelve una melena
rebelde y naranja.
el poder de modificar las cosas que lo rodean
harán de él lo que él quiera ser
y como todo trayecto en la intemperie individual,
habrán ramas que arderán fácilmente
y no darán calor, tareas operativas
interrumpiendo la línea del placer y muchos
días, demasiados para mí, con personas
adentro de esos días.