por la fuerza del nitro.
Al palo van mis días,
trato, regulo, balanceo las energías
como si fuese yo un transformador
y ésta, la principal misión de mi vida.
La única. El tiempo se reduce
y con él, la acción de mirarse al espejo,
de levantar la vista al cielo,
de cortarse el pelo. Montículos de vejez.
Me veo más en otros y me gusta,
pero al rato, me extraño y llego a odiarlos.
La velocidad es una droga hermosa dicen,
ves las cosas como rayos lásers
cruzando en el vitral de tu calendario.
Mientras todo burbujea y pasa al mismo tiempo.
Mucha data, ruido mental.
Cuervos enjaulados en los corazones de mis amigos.
Un disco que me borre y estructure mi tiempo,
lo colonice. Una mano que toma la mía.
Una canción es una daga clavada en la tierra
de por ejemplo: marzo, otra que dura cuatro días,
otra más que encapsula unos minutos
de una conversación jocosa, banal, que gracias
a un acorde sútil de fondo se vuelve memorable
y hace que hoy me acuerde de vos.