domingo, 29 de agosto de 2021

Jet Lag

en sus seres queridos. en sus dos o tres
amigos. en lo que quiso ser y no, la verdad
que no se dio. en sus brazos tratando escapar
de una absoluta idea de amor y el poco tiempo
que le queda (nunca alcanza, nunca alcanza).
tampoco olvida el tic tic tic de la venita 
en el ojo izquierdo y esa molestia tímida, hundida,
a la altura del diafragma. ¿tendrá algo que ver
con el carraspeo plomizo de algún trauma infantil?
ahora la amenaza consiste en vapores, motores
y cobre que lo llevan involuntariamente
a imaginar una falla eléctrica. y ya que está,
ve fuego. y si hay fuego, habrá humo
y en su cabeza se reconstruye la disposición
de los ansiolíticos en su último blíster.
como no los tiene a mano, lo posee
unas terribles ganas de fumar, acá nomás,
cuál fue, a 3mil metros de altura mirando
el despegue por la ventanilla
de este avión y la cuadratura de una ciudad que, 
cada vez más chica, cada vez más chica,
se desgrana como un microchip entre los dedos 
blancos de un par de nubes tiesas.















 

 






miércoles, 18 de agosto de 2021

Por un error 404

por un ERROR 404  sos ahora la persona más vieja
y más joven viva. digamos, el único sobreviviente
que queda al ritmo de tu constelación espiralada.
o esa es la conclusión a la que llegás, una vez
al mes, cuando de las colinas que te encapsulan

                                     (verdes
                             colinas mentales
                     elaboradas con residuos
          y sobrantes de tus miedos más frescos)

bajás a ver y caminar entre y sobre la devastación
esperando dar y recibir la misma imagen:
 algo,
alguien detrás de la niebla, un desprendimiento
natural como un primo lejano que -a la par tuya
pero en otro lado- también remueve escombros
con un palo 
de golf  y se ríe para adentro cada vez 
que escucha y se emociona con el eco de su voz.