viernes, 13 de abril de 2018

Automatismo, paranoia y dejadez

automatismo:
siento a mis mandíbulas
masticar
el mismo chicle 
blanco 
sin sabor,
rebotan dentro
de una cavidad
bajo el 
robótico
conjuro
de estos tiempos

paranoia:
es inmediato.
una vez que logro
poner la mente
en blanco
aparece el peligro
para pincharla
y acá adentro solo
quedan cuatro
hornallas silbando
simultáneamente
una pérdida
de gas.

será cuestión
de seguir, pulsar
reiterativamente
el botón rojo
hinchado
con la cabeza pesada
como una bolsa
de nylon negra,
es fácil. se agarra
de las puntitas
y se la apoya
despacito
sobre la almohada.
que la recojan o no
ya es otro cuento.

lo admito
hay días en los que
ni siquiera
saco la basura.
la humedad
se come las orillas
de los azulejos
del baño y el crujir
de las cañerías
tapadas de raíces
se vuelve familiar
-los árboles
son solo el sombrero
de un pulpo rabioso
y subterráneo-.

sin embargo,
también hay días
luminosos
en los que comprendo
que si no
me hago cargo
de mis desperfectos
hogareños,
habito una trampera

perpetua.






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