domingo, 15 de abril de 2018

Cadáver de un golem exquisito fabricado por tres alquimistas semi-borrachos

no quiero buscar complicidad
en nadie

no quiero ser un búho paranoico.

santísima trinidad: quien sentencia,
quien baja la palanca sin abrir los ojos
y quien se adeuda por no pagar la cuenta de electricidad.

me escribo con palabras inauditas
como un papel quemado a la luz del sol.

salir sin sentido, ver la niebla entrando sin aviso.

¡obsolescencia juveni!

diferenciar las características
entre aquello que perdimos y aquello que esperamos, desarrolle:

me quemo las pupilas
con cigarrillos apagados
a ver si veo algo.

rápido: una pala de metal y 1cm
2
para enterrar un corazón a punto de nacer

sepamos no dar más de lo que podemos.

me veo en la oscuridad
que cae sobre nosotros,
es una realidad crepitante,

es inútil
cortar la correa que te une con mi sombra
duele tanto como cortar los tendones
que me mantienen en pie,

es inútil no caer.

HAY/QUE/DES/HACER/SE/DES/PREN/DERSE 


ya después de eso no hay camino erguido para seguir adelante

no controlo todo lo que respiro
pero te vomito sin mirar.

me rehúso Me Niego
          me nIegO
     me niegO







escrito con massimo y caroline







viernes, 13 de abril de 2018

Automatismo, paranoia y dejadez

automatismo:
siento a mis mandíbulas
masticar
el mismo chicle 
blanco 
sin sabor,
rebotan dentro
de una cavidad
bajo el 
robótico
conjuro
de estos tiempos

paranoia:
es inmediato.
una vez que logro
poner la mente
en blanco
aparece el peligro
para pincharla
y acá adentro solo
quedan cuatro
hornallas silbando
simultáneamente
una pérdida
de gas.

será cuestión
de seguir, pulsar
reiterativamente
el botón rojo
hinchado
con la cabeza pesada
como una bolsa
de nylon negra,
es fácil. se agarra
de las puntitas
y se la apoya
despacito
sobre la almohada.
que la recojan o no
ya es otro cuento.

lo admito
hay días en los que
ni siquiera
saco la basura.
la humedad
se come las orillas
de los azulejos
del baño y el crujir
de las cañerías
tapadas de raíces
se vuelve familiar
-los árboles
son solo el sombrero
de un pulpo rabioso
y subterráneo-.

sin embargo,
también hay días
luminosos
en los que comprendo
que si no
me hago cargo
de mis desperfectos
hogareños,
habito una trampera

perpetua.