Como un pétalo
abierto de piernas en invierno,
un hombro
al escaparse de una blusa
gana presencia
entre dos cuerpos helados
y hace de la fragilidad del silencio
un hecho palpable,
-donde
nadie pide nada
más que todo
sin palabras
-donde
todos desean
otras formas
más placenteras
de quedar atrapados en la pulpa de la lengua.
Cuando las fuerzas viscerales
ya no entren en la ropa
habremos subido otro nivel en la ventriloquia.
Después, vendrá la frustración.
Despertar y reconocer la muerte
en ese aliento pútrido que desprenden
los sueños
cuando ni bien dejan de serlos.
mía
debería ser la noche,
pero es la hora de las máquinas
y se me enciende un servicio de inteligencia
en la lámpara de mi cabeza
y por favor,
espero que alguien comprenda este idioma
de acento óxido
¿o si no, qué?
cuánto ruido raro
tras la ventana que ya no sé
si son risas,
rezos,
murmullos de una posible
conquista
¿faltará poco para ser ficción de la ciencia?
====================================
un sueño,
debería ser mi noche
pero no sé porque las calderas roncan
y yo no.
Es tradición que
el estrado esté vacío
cuando más lo necesito
Más que
misericordia,
otra reacción
no encuentro
para
mi ser en discordia.
Rascar la piel
hasta hallar
los clavos
-y con la otra mano-
clavar las uñas
hasta acallar
el llanto.