domingo, 23 de junio de 2024

Han movido la piedra de lugar

que de la noche a la mañana
han movido la piedra fundacional,
que las reglas prexistentes
como una cuerda
han cedido, que lo bueno y lo malo,
que las categorías morales ya no caben,
que a las 15hs del martes 25 de junio
novedades, habrán.
recen para que la canalización de hoy
remueva lo oscuro,
recen para que la tormenta se despeje.

¡silencio! veo una casilla. es baja.
 al final de un camino. murmuran.
veo dos naranjos muy parecido
en altura. uno a cada lado
y también sombras.
tiene frío y bajó tantísimo de peso.

están queriendo despistar,
lo sé, porque siento perfume de mujer,
lo sé, porque se me desprende el enchapado
de los dientes. mucha energía de golpe
el pelo que se cae cuando veo lo que veo.

han movido la piedra y ahora alguien
se arrepiente,
arrebata un arma, se la quitan, lo sujetan
no quieren que declare,
no quieren escuchar llorar a nadie más.






































sábado, 22 de junio de 2024

Defunciones, metadatos

perdón, me estaba bañando,
estaba en mi colina
donde caballos mastican flores
y no tienen que preocuparse
por las moscas en su lomo,
donde el vapor parece nacer
no del agua, sino adentro mío,
sale, sube, borra los contornos.
mis manos perdidas en la niebla
doméstica y todo lo que vive sobre mí
se cierra como una planta carnívora,
desaparece más alla del techo retráctil
de mi estadio olímpico.

no contesté, lo siento, no quise regresar
a donde siempre busco fugarme,
donde la noticia de un glaciar 
se enrosca con en el fallecimiento 
de un famoso mañana olvidado 
bajo el polvillo de nuevos metadatos.

estoy bien acá, a salvo, creo, 
viendo como el siglo XX se desancla
de nosotros. ¿buque que asoma
en altamar o tierra a la vista? ¿cuál es
la parte sólida en todo este invento?









viernes, 7 de junio de 2024

Gajes del tiempo

quedan congelados en una selfie
una tarde sin sol durante una escapada
a la costa bonaerense.
después, gajes del tiempo,
el cielo se irá fosilizando.
grietas que no verán venir se extenderán
como dedos de una mano artítrica
descascarando una verdad
para llevársela
de nuevo a los bolsillos.

cuando el aire baje sucio
y las palabras rocen ríspidas los bordes 
y el infierno adopte el rostro
de la suma de los dos multiplicada
por el tiempo compartido
y los mensajes empiecen a caer
como misiles en la puerta del chat
y la foto juntos de fondo de pantalla
pase de ser el ancla
de una felicidad genuina
a hundirse lento en su propio óxido,
recién ahí, alguien jalará
del signo de pregunta, alguien evitará
respuesta, alguien afilará la espada
que juró haber tirado
o improvisará un escudo
con recuerdos magros.

en domingos distintos
ambos se sacarán del lomo
las flechas que llevan incrustadas
y nadie pedirá perdón.